domingo, 7 de junio de 2015

El ocio en las personas con discapacidad intelectual: participación y calidad de vida a través de las actividades de ocio












Universidad Pedagógica Nacional
Unidad 144
Asignatura:
Creación de ambientes de aprendizaje
Alumna:
Maricarmen García Hernández
6 Semestre
Grupo B

Cd. Guzmán  Mpio. De Zapotlán el Grande a Junio de 2015




Tema:

El ocio en las personas con discapacidad intelectual: participación y calidad de vida a través de las actividades de ocio.





Introducción:
Esta lectura es muy interesante ya que nos ayudara a comprender como trabajar con las personas que tienen una capacidad diferente.
Se muestran algunas imágenes, además de que nos enseña a no discriminar a las personas con otras capacidades.
Los invito a que den lectura y al final viene un video para completar la información de la lectura.


Desarrollo:
¿Qué entendemos por ocio?
“como el tiempo disponible, libremente elegido, y aquellas actividades elegidas individualmente, no relacionadas por sus características con el trabajo o con otras formas de actividad obligatoria, de los cuales se espera que promuevan sentimientos de placer, amistad, felicidad, espontaneidad, fantasía o imaginación, gozo, creatividad, expresividad y desarrollo personal”.
¿Qué conocemos acerca del ocio en las personas con discapacidad?
La investigación sobre la participación de las personas con DI en el ocio es un hecho bastante reciente. Los resultados de los trabajos disponibles permiten establecer un perfil sobre cómo utilizan el tiempo libre, cuál es la naturaleza del ocio practicado y en qué tipo de actividades participan.


Autodeterminación limitada
Esto significa tener autodeterminación, que Wehmeyer (2001) define como “la actuación como agente causal principal en la vida de uno mismo y la realización de elecciones y toma de decisiones relativas a la calidad de vida de uno mismo libres de toda influencia o interferencia externa excesiva”

Escasas relaciones de amistad
Un estudio llevado a cabo por Abraham Abrahan, Gregory, Wolf, y Pemberton (2002) afirma que el apoyo social está asociado con una mayor participación en las actividades de ocio y concluye que la familia puede fomentar la participación, pero no proporcionar altos niveles de participación de forma independiente.
En una investigación realizada por el Hester Research Centre citada por Wertheimer (1991) se demuestra que la mayoría de ellas no tenían ningún amigo sin discapacidad, y que quienes tenían amigos no se relacionaban con demasiada frecuencia. Estos datos también son confirmados por estudios que señalan que las personas adultas con DI pasan mucho tiempo en actividades en casa, actividades que además son pasivas y solitarias.

Actividades en grupos
Es evidente pues que, la participación en las actividades de ocio de las personas con DI en grupos amplios dificulta la posibilidad de reunirse y mezclarse con personas sin discapacidad, no favoreciendo en ningún caso el ocio comunitario.

Limitaciones en las habilidades conceptuales sociales y prácticas
Las personas con DI frecuentemente carecen de algunas habilidades adaptativas prácticas (manejo del dinero, utilización del transporte, conocimiento del entorno cercano, etc.) porque no han tenido la posibilidad de adquirirlas.
Otra de las limitaciones que nos encontramos a menudo en las personas con DI es el comportamiento social adecuado.
Estas limitaciones que muestran en determinadas habilidades conceptuales, sociales y prácticas en el ocio son una causa directa de las insuficientes experiencias en el entorno comunitario, de los impedimentos para elegir y de las escasas oportunidades para tomar decisiones sobre su propia vida.

¿Qué tipo de barreras impiden el acceso a las oportunidades en el ocio?
Las limitaciones en las habilidades adaptativas y las actitudes negativas hacia las personas con DI en la comunidad han sido identificadas como importantes factores que influyen negativamente en la participación de un ocio integrado e inclusivo.
Muchas personas con DI son dependientes de sus padres o de otros miembros de la familia para organizar y participar en actividades de ocio. Otra de las barreras para la participación en el ocio es la dificultad para acceder a los recursos que prestan los servicios de ocio para las personas con DI. El no tener amigos también se ha estimado como una barrera para participar en las actividades de ocio.
La edad y la gravedad de la discapacidad suelen ser otros obstáculos para la participación social. Zijlstra y Vlaskamp (2005) han demostrado que las diferencias entre la cantidad y variedad en las actividades de ocio depende de la edad; los resultados indican menos actividades y menos variedad para los usuarios con DI de más edad y por ultimo hay que subrayar que las actitudes negativas son consideradas como una barrera muy importante para la participación en las actividades de ocio de las personas con DI.
Verdonschot et al., (2009a), que además afirman que las actitudes positivas del personal de apoyo están correlacionadas con una mayor integración en la comunidad.

Aspectos que favorecen la participación en las actividades de ocio
La inclusión
Las diferencias en estilos de vida de ocio de las personas con DI tienden a disminuir a través de las actividades de ocio integradas.
Hutchison y Lord (1979) describen el proceso de integración de las personas con discapacidad mediante las actividades de ocio como aquél que: (a) proporciona oportunidades para experimentar la participación y el disfruten en entornos similares a sus iguales no discapacitados, (b) permite desarrollar habilidades y confianza, (c) favorece la elección y la participación en las actividades de la comunidad, y (d) fomenta el desarrollo de la autoconfianza y la dignidad.

La participación activa
Las adaptaciones para intensificar la participación, o hacer posible la participación, incluyen el proporcionar personal de apoyo, la adaptación de las actividades mediante la modificación de los materiales, el cambio en la secuencia de las habilidades, la alteración de roles, el uso de dispositivos adaptados y sistemas alternativos de comunicación, y las modificaciones de los entornos físicos y sociales para promover las relaciones. Mediante la participación parcial, las personas con DI también pueden experimentar la satisfacción asociada a una actividad recreativa particular y participar en actividades de ocio integradas.

Conductas apropiadas a la edad
En este mismo sentido, Brown (1989) establece, como criterio en la elaboración de programas de ocio, la oportunidad que deben tener las personas con DI para acceder y participar en los ámbitos y actividades de ocio utilizados por las personas sin discapacidad de su misma edad cronológica. Así, los profesionales que participan en los programas de ocio deben estimular a las personas con DI para adquirir habilidades de ocio apropiadas a su edad y comparables a las que realizan sus semejantes.

La educación integrada del ocio
De acuerdo con Chinn y Joswiak (1981) el término de educación para el ocio se refiere al uso de modelos enfocados hacia la integración, basados en el proceso de educación, que sirvan para fomentar un estilo de vida de ocio en la persona.
La educación para el ocio representa un medio para desarrollar conocimientos sobre las distintas actividades recreativas y los recursos disponibles, y sobre la adquisición de las habilidades necesarias para la participación activa y la autodeterminación
Los programas de educación para el ocio deben estar orientados hacia la mejora de la calidad de vida de los participantes, favoreciendo las oportunidades, las capacidades en las distintas posibilidades de ocio y la valoración de los beneficios en sus propias vidas. Por lo tanto, los profesionales de la educación para el ocio no deben limitar su actividad a la instrucción en las diversas habilidades de ocio, sino que además deben adoptar una estrategia dirigida hacia la apreciación del ocio como un componente del bienestar personal, la promoción de la autodeterminación y el fortalecimiento del proceso de toma de decisiones relacionadas con las distintas oportunidades que ofrecen las actividades de ocio.

Fomentar la autodeterminación
Wehman y Schleien (1981) establecen como objetivo de los programas de ocio facilitar la iniciativa y el uso independiente del tiempo libre con actividades recreativas apropiadas a la edad. Las personas que experimentan indefensión tienen dificultad para el aprendizaje y tienden a restringir su participación y exploración.
Se debe apoyar a las personas con DI para que desarrollen y aprendan a realizar sus propias elecciones; la autodeterminación se puede adquirir mediante estrategias tales como la participación parcial y el aprendizaje autorregulado.

La planificación y organización de los servicios de apoyo al ocio
Los profesionales que trabajan a favor de un ocio integrado deben ser capaces de desarrollar redes de comunicación entre las personas con DI y los servicios relacionados con el ocio comunitario. El crear redes implica el establecimiento y mantenimiento de contactos con diferentes profesionales y para profesionales de varias disciplinas y organizaciones, incluyendo también a los miembros de la comunidad, las familias y a los usuarios, que participan del interés común por ofrecer servicios de ocio comunitario para todas las personas sin tener en cuenta la discapacidad.


Los servicios de ocio para las personas con discapacidad deben contemplar los siguientes aspectos:
(1) garantizar el derecho al ocio
 (2) ofrecer un servicio de ocio de calidad basado en la comunidad
 (3) aprender a identificar las necesidades de ocio de cada persona
(4) gestionar las necesidades de ocio individuales
(5) planificar programas de apoyo para fomentar un estilo de ocio personal, que contribuya a una mejor satisfacción en la calidad de vida.
 (6) desarrollar programas de ocio educativo
 (7) desarrollar programas de sensibilización en la comunidad para acogida de las personas con DI en las actividades de ocio, disminuyendo las barreras actitudinales.
La planificación y la calidad de unos servicios de apoyo del ocio en el marco de la comunidad, durante el tiempo libre de que dispone cada persona, pueden sustituir en gran parte la necesidad de otros recursos más institucionalizados y más costosos, y ofrecer a las familias cuidadoras una forma de aliviar la carga que supone en ocasiones el cuidado de la persona con discapacidad.




Conclusiones:
·         El ocio es parte importante para el desarrollo de la calidad de vida de una persona, como interventores podemos ser parte importante en este tema.

·         Con la lectura aprendí nuevos conocimientos de cómo podemos trabajar con las personas que poseen capacidades diferentes.



·         Además de que la lectura es mi agrado ya que estoy de acuerdo en no hacer menos a nadie ya que todos somos diferentes pero todos poseemos una gran capacidad, cada persona tiene un talento, dos o más pero debemos aprovecharlos para el bien.











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